"Las cuatro esposas"
Había una vez un comerciante que tenía cuatro esposas. Su cuarta esposa era la más querida para él, por lo que le traía la ropa más cara y la trataba con ternura, le daba mucha importancia y no le daba sino lo mejor. Él también quería mucho a su tercera esposa, y estaba orgulloso de ella y presumía de ella en frente de sus amistades, pero siempre temía que ella lo dejara y se fuera con otro hombre. Él por supuesto, quería a su segunda esposa, pues ella era madura y paciente; él depositaba toda su confianza en ella y siempre se dirigía a ella cuando se enfrentaba con problemas y lo ayudaba para superar los momentos difíciles. Su primera esposa era muy fiel a él, y le ayudaba en administrar su fortuna y su trabajo aparte de sus obligaciones en la casa, pero él no la quería, y a pesar del profundo amor que ella sentía por él, él nunca le daba importancia a ella. Una vez el comerciante se enfermó y supo que pronto iba a morir, y pensó en su buena vida y se preguntó: “Ahora tengo cuatro